RESEÑA: "THALIOS (I): EL ELEGIDO DE MORGHAEL"
Autora: Sandra Adrián Carpena.
Facebook: Sandra AC
Twitter: @SandraAdrian7
Instagram: Sac.123
Blog: sandraadriancarpena.blogspot.com
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4,4 sobre 5 estrellas en Amazon tras 18 opiniones de lectores.
Tapa blanda: 210 páginas.
Sinopsis:
Thalios, hijo del jefe de la tribu Roh-Ili, nació el mismo día que veneraban a su Dios. Esto provocó una gran expectación, pero esa felicidad no era compartida por las Ancianas pues creen que, con el futuro líder del clan, vendrán infortunios al haber nacido bajo la atenta mirada de Morghael, Señor del Fuego. Su padre, Ayak, le entrena a diario para convertirlo en el mejor guerrero y poder realizar la prueba Roh-Ili, así como liderar a los suyos en un futuro. Pero la desafortunada aparición del mensajero del Jhar de Ikarán, dará un giro inesperado a la vida de nuestro joven protagonista.
Portada:

Mi experiencia:
La historia de Thalios, en sus primeros capítulos, me ha recordado en cierto modo a la primera película de Conan, cuando siendo niño le sucede algo que cambia su vida para siempre. Esto ya se adelanta en la sinopsis, y para quienes habéis visto la archiconocida película protagonizada por Arnold Schwarzenegger sabréis a qué me refiero. Y no soy más explícito para no estropear el libro con los odiados spoilers.
El pequeño Thalios tiene ocho años en el momento en que comienza a narrarse la historia. Es hijo del líder de su tribu: los Roh-Ili, quienes gustan de vivir algo apartados de las demás regiones. Para Thalios está próxima la llegada de la «gran prueba» que todo muchacho de su clan debe superar para ser considerado entre los suyos como un hombre de pleno derecho. Es en esos días cuando sucede una tragedia entre su gente que lo obligará a madurar de golpe, viviendo unas situaciones dramáticas que ningún niño de su edad debería presenciar. Pero esa desgracia es la chispa necesaria para desencadenar la trama que toda historia de fantasía épica necesita, así como el catalizador que convierte al personaje principal en el héroe del futuro. A mí, personalmente, me ha encantado ese comienzo.
A partir de ahí, tanto Thalios como otros personajes de la trama tendrán que sobrevivir a su nueva situación de distintas maneras.
En este libro cabe destacar las claras referencias al esclavismo y a cómo actúa cada cual ante la privación de libertad y la supresión total de derechos. En ese aspecto la historia me ha enganchado mucho, pues los personajes se encuentran continuamente en situaciones en las que un mal gesto o una palabra pronunciada en el momento equivocado puede suponer la diferencia entre seguir vivo o acabar ejecutado entre horribles sufrimientos. Para mí cobra especial relevancia la forma en la que la autora nos narra la capacidad de las mujeres para sobrellevar los abusos de los hombres en esas situaciones de esclavitud, en las cuales no son más que meros objetos de placer. En estas escenas he empatizado especialmente con ellas, y lograr eso no es fácil. Así que, otro punto positivo por mi parte.
Otro buen ingrediente que no puede faltar en cualquier historia es el malvado personaje que pone en jaque a todos los que le rodean. En este caso se trata de Shúla; un tirano caprichoso, quien al más puro estilo Joffrey Baratheon aplasta a todo aquel que ose contradecirle; un sátrapa genocida y violador que hará las delicias del lector al que le gusten los «malos muy malos» (y este Shúla lo es de sobra).
El mundo creado por Sandra Adrián, además, es muy completo. Cuestión muy destacable es el pequeño libro que la autora me hizo llegar, y que se llama: El origen de Inframundo, donde se narra la mitología que impera en ese mundo de fantasía, desde la creación de los dioses, sus relaciones, guerras y el nacimiento de otras razas como los elfos.

Como creador de mi propio mundo, conozco el trabajo que encierra este tipo de cosas así como las horas invertidas y las anotaciones que hay que hacer para tener todas esas cuestiones bien hiladas y con coherencia. Por tanto, en ese aspecto, felicito de la forma más sincera a Sandra Adrián por esa labor. Un trabajazo que, además, viene acompañado de un mapa del continente en el que suceden los hechos. Detalle que, para mí, gana muchos puntos pues siento una especial debilidad por los planos y mapas en los que se sucede la acción. Si bien es cierto que no son imprescindibles (pues para eso está la imaginación del lector) pero entiendo que dichos elementos ayudan a la comprensión y ubicación de los distintos territorios que se mencionan en el libro, además de mostrar interés por el detalle por parte de la escritora, y eso también lo valoro de forma muy positiva.

El ritmo de la acción es impecable. No he encontrado diálogos forzados ni escenas que no aporten nada y que puedan aburrir. Todo tiene su porqué y los personajes van desarrollándose de forma lógica. Por momentos me ha sorprendido, incluso, la capacidad de Sandra Adrián para deshacerse de ciertos personajes al más puro estilo George R.R. Martin (y ahí lo dejo), lo cual me encanta, pues soy muy de ese estilo.
Y para acabar... ¿Acaso no hay ningún «pero»?
Bueno, si tuviese que poner alguno, tal vez he visto en ciertas situaciones a un Thalios demasiado «Conan» para ser un niño. Por supuesto, no daré detalles porque esa es una sensación muy particular que no tiene que ser coincidente con otro/a lector/a, y dejo este aspecto del personaje principal a juicio de cada cual. Además, nunca olvido que estoy en un contexto de fantasía épica, en el que el protagonista-héroe que debe cambiar el destino del mundo en el que vive debe tener ciertas connotaciones diferentes al común de los mortales.
En resumidas cuentas, he disfrutado con una lectura que, además, tiene un final abierto y muy acertado, pues te deja en el punto exacto en el que deseas saber cómo continúa la historia de Thalios. Espero con ilusión esa segunda parte.
Enhorabuena, Sandra, por compartir con todos esta magnífica historia. Espero y deseo que esta humilde reseña anime a mucha gente a tenerla en cuenta. Les merecerá la pena.